No hay mal que por bien no venga

No hay mal que por bien no venga. El dicho es cierto. 

Hace unos días, leí a una autora en su facebook decir que menos mal que ella no ha firmado con ninguna editorial porque así no se lleva sorpresas desagradables. Que me disculpe la autora, pero ahora mismo no recuerdo su nombre ni cuándo lo vi, pero ahora sé que llevaba parte de razón (y digo parte, porque no quiero meter a todas las editoriales en el mismo saco).

Quiero agradecer a tod@s vuestras felicitaciones por la noticia que publiqué el otro día. Siento anunciar que no he firmado nada (y menos mal) con esa editorial. No voy a entrar en detalles, simplemente diré que si tu primera intuición te dice que algo no es del todo bueno, te fíes de ella; que si algo es demasiado bonito como para ser verdad, huye, pero bien lejos; que busques a gente que lleve tiempo en esto y consigas buenas referencias; y, por supuesto, no firmes nada hasta estar segura al 100% y haberlo consultado con alguien más. Permitidme agradecer a la persona que me avisó de lo que estaba pasando y decirle que no se preocupe, no pasa nada.

¿Qué significa el no haber firmado? Pues que me anima a seguir como lo he estado haciendo hasta ahora: trabajando por mi cuenta y a mi ritmo, hasta que llegue una oferta clara y seria.

De paso os anuncio que me embarcaré en una nueva historia, pero esta vez, ya no será publicada a través de blog-novela. Creo que lo entenderéis, puesto que mis circunstancias personales me impiden publicar cada semana en un blog y llevarlo en condiciones. Eso sí, yo seguiré organizando sorteos para que tengáis la oportunidad de ganar una de mis novelas y otras cositas que estoy preparando. Además, este blog permanecerá abierto y seguiré publicando algún que otro relato y alguna que otra historia corta, como he venido haciendo desde que se abrió.

Os estaréis preguntando ¿qué va a pasar con Mírame, ahora te toca a ti? ¡¡Sorpresa!! El blog de la novela, continuará abierto. Tras los últimos acontecimientos, he decidido que os voy a dar el desenlace de Paul y Marina desde su blog antes de pasar a revisión y corrección. Porque nunca estuve convencida de dejaros a la mitad sin daros ese estupendo final que se merece nuestra pareja. Sé que muchas os alegraréis de esta noticia y que a otras os habré sorprendido, porque si me conocieseis personalmente, sabríais que no voy por el dinero al querer publicar por una editorial. Solo soy una persona que sueña con poder llevar mis libros a todo el mundo porque las autoeditadas tenemos ese hándicap: estamos muy limitadas de recursos y no podemos llegar a muchos lectores fuera de nuestros países. Y ya que te gustan los dichos, te dejo con uno: antes de juzgar a la ligera, deberías de conocer bien a la persona y sus circunstancias.

Bueno, paro ya que me enrollo como una persiana. Al grano. Os dejo con un trocito de lo que será el próximo capítulo de nuestro guiri-borde. Disfrutadlo. 

"Después de hacer el amor en el salón frente a la chimenea, Paul encarga a Edgar que nos prepare una cena romántica con velas, vino y champán para celebrar que nuestra relación ha avanzado un paso más. Ahora mismo estoy jugando con la deliciosa tarta de manzana que nos han servido como postre.

—¿Qué ocurre, sweetie? —pregunta Paul en tono dulce.

—No dejo de darle vueltas a la cabeza, nada más —Le quito importancia con la mano.

Arrastra la silla para situarse junto a mí y aparta mis manos del plato para retenerlas entre las suyas.

—Cuéntamelo.

Le miro de reojo y aprieto los labios debatiéndome si es buena idea contarle lo que me dijo su hermana, pero ante su insistencia, lo hago, le relato todo lo que me dijo en la fiesta y cómo me sentí. Durante mi monólogo, él no mueve ni un músculo de su cara, no expresa nada, tan solo me mira con atención. Al terminar de hablar, un silencio incómodo se instala entre nosotros provocándome remordimientos por habérselo dicho.

—¿Y bien? —pregunto en un hilo de voz al ver que no responde.

Su única respuesta es un suspiro profundo mientras lleva una de sus manos hacia su cabeza para alborotarse el pelo. Ese gesto es inconfundible, está molesto."

Un beso enorme,