¡Hola a tod@s!
Sé que much@s de vosotr@s no celebráis esta fiesta. Pero como a mí sí que me gusta, aquí os dejo un relato para que lo leáis esta noche ;)
Este es el relato que leí el día 29 de Octubre en el programa Luna de Cuentos de CCF Córdoba. En cuanto esté disponible la grabación del programa os la pongo por aquí por si queréis escuchar el relato, además de leerlo.
Espero que os guste. ¡Feliz Halloween!
LA
FIESTA
Este relato forma parte de la I Antología relatos en papel convocada por el escritor Ramón Cerdá, es el número 23
Este relato forma parte de la I Antología relatos en papel convocada por el escritor Ramón Cerdá, es el número 23
Solo escuchaba los
alaridos de los jóvenes que estaban a su alrededor. Su angustia aumentaba por
momentos. Había sangre por todos sitios y esas criaturas intentaban darle caza
como hicieron con el resto. Ella intentó escapar pero estaba atrapada allí
dentro con esos monstruos. El anfitrión la acorraló contra una pared y se
acercó a su cuello con la boca abierta enseñando sus colmillos ensangrentados buscando
lo que más anhelaban… entonces… la chica gritó.
Nuria se despertó
sobresaltada y sudando. Ha sido una
pesadilla, pensó al incorporarse en su cama, se había echado allí después
de comer y, sin darse cuenta, se quedó dormida. Estaba nerviosa porque no le
agradaba la idea de asistir a la fiesta de Halloween que se celebraba esa noche.
Las cosas relacionadas con fantasmas, vampiros, etcétera le daban mucho miedo. Pero
no le podía negar nada a su mejor amiga Marta, que se había pasado el último
mes intentando convencerla para que la acompañara, con la excusa de que era una
fiesta exclusiva y, aforo limitado, del nuevo pub de las afueras, que se
inauguraba también esa misma noche.
Tres horas después se
encontraba en la cola para entrar al recinto, agarrada a su amiga y vestida de
vampiresa. Según ponía en las invitaciones, había prevista una sorpresa para
todos sus asistentes sobre las doce de la noche aunque la fiesta comenzaba a
las once.
Nuria alzó la vista
hacia el gran luminoso que parpadeaba en la fachada del local. Era de un color
rojo intenso y con unas letras bastante siniestras que estaban adornadas por
unos murciélagos que volaban alrededor de éstas. El pub se hacía llamar La
Cueva. Un nombre muy apropiado para esta
noche, pensó la chica. Observó más detenidamente la fachada, no parecía la
típica nave industrial convertida en discoteca, sino más bien una casa antigua.
Les llegó el turno de
entrar y les recibió el portero. Un hombre rubio, alto y extremadamente pálido
que iba vestido con ropaje antiguo y raído, pero lo que a Nuria más le llamó la
atención de aquel tipo eran sus ojos claros, casi transparentes y su forma de
mirar a todo el mundo, con la boca entreabierta y relamiéndose disimuladamente.
Marta le tendió las dos invitaciones que éste cogió con una mano huesuda e
igual de pálida que su rostro delgado. Les dedico una sonrisa maliciosa y se
apartó para dejarlas pasar.
—Me está dando mal
rollo Marta —dijo Nuria cuando pasaron junto a él.
—¿Es por la dichosa
pesadilla? No seas paranoica y relájate, por favor —contestó su amiga arrastrándola
dentro del recinto.
El interior era más
siniestro aún, parecía un salón antiguo con las paredes desconchadas y llenas
de telarañas. En el centro se encontraba la pista de baile y, al fondo, un
escenario que estaba iluminado por unas tenues luces rojas. Poco a poco, la
estancia se fue llenando de jóvenes disfrazados.
Cuando entró todo el
mundo, se escuchó un gran estruendo y una especie de rayo iluminó todo el pub
como si hubiese caído allí mismo, entonces, en mitad del escenario apareció de
la nada un hombre ataviado con ropa de época llena de polvo. Nuria sintió un
escalofrío y miró hacia su amiga Marta con miedo, ésta le hizo un gesto con la
mano indicándole que estaba loca. El tipo que estaba en el escenario, hizo una
reverencia, sonrió hacia el público enseñando unos colmillos que parecían
bastante reales y comenzó a hablar.
<<Mi nombre es
Gabriel y seré su anfitrión esta noche. Cuenta la leyenda, que en esta casa,
habitan unos seres demoníacos, que se despiertan cada treinta años en la noche
de los muertos para alimentarse de jóvenes inocentes que se atreven a
adentrarse en ella. Disfrutad de todo lo que os ofrezco, antes de que se
despierten>>.
Desapareció del mismo modo
en que apareció en el escenario. Todo el mundo aplaudió por los efectos
especiales y, acto seguido, empezó a sonar la música. Poco a poco, aparecieron
en la escena camareros vestidos de sirvientes de otra época ofreciendo comida y
bebida a todo el mundo. Marta le ofreció una copa a su amiga, al tiempo que
movía su cuerpo al son de la música. Nuria le sonrió y se sintió estúpida por
dejarse llevar por la fantasía de su pesadilla. Empezó a bailar y se dispuso a
pasárselo como nunca.
Había pasado una hora
aproximadamente del comienzo de la fiesta, cuando empezaron a sonar las
campanadas de un reloj anunciando las doce de la noche. Cuando hubieron
terminado, se escuchó un gran estruendo y se iluminó toda la estancia como
cuando hizo su aparición en el escenario Gabriel. Pero en esa ocasión, lo que
ocurrió fue que todas las luces se apagaron y a continuación, se escuchó el
ruido de puertas y cerrojos. Los estaban encerrando allí. Los jóvenes
estallaron en aplausos y vítores emocionados por toda la parafernalia del pub. Se
volvieron a encender las luces y aparecieron en el escenario los camareros, el
portero y Gabriel. Todos esbozaban la misma sonrisa siniestra y se relamían
cayéndoles babas por las comisuras de sus labios.
—Marta, deberíamos de
marcharnos de aquí esto se está pareciendo a mi sueño—le dijo Nuria a su amiga.
—Ya estamos… si es que
eres una paranoica… —eso fue lo último que le dijo su mejor amiga antes de
morir.
Sin darse cuenta, Nuria
estaba rodeada de los mismos monstruos que vio en su sueño, con la sangre
brotando de sus bocas abiertas. Sólo podía escuchar los latidos de su acelerado
corazón en los oídos, ni siquiera escuchaba a un joven que le pedía ayuda a su
lado antes de ser devorado por uno de esos seres. De repente, Gabriel la
acorraló contra una pared y se acercó a su cuello con la boca abierta enseñando
sus colmillos ensangrentados buscando lo que más anhelaban, su sangre. Los
hundió en su carne y Nuria gritó pero nunca más se despertó.
Sensacional
ResponderEliminarGracias amor!!! Muack!!
EliminarMadre mía! Menuda fiesta!
ResponderEliminarBesujis!
Sí! Hay que hacer caso de los sueños ;)
EliminarMira que no soy de leer terror (soy muy miedica) pero tengo que reconocer que me has sorprendido.
ResponderEliminarMichos besos Marissa
Marissa xd los pelos de punta semean puesto
ResponderEliminarMe encantó! !!!! Gracias por compartirlo ♥
ResponderEliminarSe me han puesto todos los pelitos de punta!!
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