Hola
a tod@s, como el día hoy se ha levantado gris y lluvioso, me ha dado por pensar.
¡Tranquilos, tranquilos! He estado reflexionando durante mucho tiempo el comenzar a escribir en
el blog como much@s de mis compis de la blogosfera. El problema está en que yo
no soy una persona muy constante. Tengo miedo de comprometerme a publicar posts
todos los jueves, por ejemplo, y que llegue una semana de esas en las que se
complica todo y no pueda atenerme al planning. Tampoco sabría sobre qué escribir…
¿sobre mi día a día? ¿Sobre cosas personales? No sé…
¡Qué monas soys!^^ |
Él me miró y, alzando las manos en gesto de
paz, no me respondió. Dio media vuelta y se fue dejándome sola. Durante un buen
rato estuve pensando en lo que había dicho… “lo hago por mis fans”. ¿Solamente
por ellas?
Sí y no, yo comencé a escribir por desahogarme, por evadirme de la realidad de
la vida que, en esos momentos me estaba poniendo a prueba pero esta vez con más
fiereza de lo normal. Por eso decidí poner mi imaginación en marcha y plasmarlo
en letras. Pero no lo veo como una obligación, sino como terapia. Es como
cuando lees un libro o ves una película, te metes en la historia y, por un
determinado período de tiempo, te olvidas de tus problemas. Un día, decidí
publicarlo en el blog y, después de un año y seis meses, no me arrepiento.
Tengo unos fans que son unos amores (de ahí el que siempre les llame así),
siempre tienen palabras bonitas para mí y mis historias. Desde aquí les doy
las GRACIAS, nunca me cansaré de
hacerlo, no sé qué haría sin ell@s. Por eso, quiero preguntarles: ¿Queréis que
haga un post de vez en cuando con mis reflexiones como el de hoy?
*Imágenes sacadas de Morguefile.
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